Historia Segundo año - E.E.S N°12 Escuela Normal "Rafael Obligado"

Feudalismo


A partir del siglo IX, se conformó en Europa occidental una sociedad basada en el establecimieneto de relaciones personales entre señores y vallos, conocida como sociedad feudal.

El contrato feudal: beneficio y vasallaje

Luego de la disolución del Imperio de Carlomagno, en el 843, se conformó en Europa Occidental un sistema político fragmentado conocido como orden feudal. En este sistema, el rey, que no podía defender las fronteras de su reino de los ataques de múltiples invasores, entregó parte de sus territorios a nobles o señores locales para que los protegieran y los usufructuaran.

A partir de un contrato, cada uno de esos señores quedaba unido al rey (o a otro noble de mayor jerarquía de quien recibía territorios) por una relación que lo comprometía a combatir a su lado y prestarle todo tipo de ayuda. La concreción de ese contrato, denominado contrato feudal, tenía dos fases: la primera, llamada beneficio, consistía en la entrega al beneficiario de un territorio llamado feudo, que incluía los siervos que trabajaban la tierra. En una segunda parte del contrato, conocida como vasallaje, el beneficiario rendía homenaje, prometía fidelidad y ayuda militar a su señor. Este contrato era vitalicio (para toda la vida) y hereditario (se transmitía a los descendientes del beneficiario).

En este delicado equilibrio de poderes, otra pieza clave fue la Iglesia católica. En constante tensión con el poder de los reyes, en muchas ocasiones, el Papa, asentado en la ciudad de Roma, actuó en favor de los señores feudales para debilitar la autoridad de algún monarca con el que estaba enfrentado.

El orden social

La sociedad feudal se caracterizaba por su desigualdad. En lo alto de la sociedad estaban los nobles o señores, que contaban con un séquito de guerreros para defender sus tierras, y el alto clero, integrado por obispos, cardenales y abades, entre otros.

En el estrato más bajo, estaban los campesinos libres y los siervos, que se diferenciaban entre sí porque los primeros conservaban la libertad de movimiento y podían cambiar de amo, mientras que los siervos estaban adscriptos o sujetos al feudo y no podían salir de él. Ambos debían entregar tributo al señor feudal y no tenían posibilidad de defenderse de sus abusos.

Esta estructura social fue legitimada por la teoría de los tres órdenes, elaborada por la Iglesia católica hacia el siglo xi. Según esa teoría, cada grupo o estamento de la sociedad cumplía una función en el plan de Dios: los campesinos y los siervos trabajaban la tierra y proveían de alimentos a nobles y sacerdotes, los nobles guerreros luchaban para defender a la cristiandad de los ataques de infieles y paganos y los religiosos rezaban por la salvación de las almas de unos y otros.

Los señores y sus caballeros

El grupo de los señores estaba integrado por una nobleza de guerreros y de religiosos. La nobleza guerrera tenía derechos sobre la tierra, que, en esa época, era la principal y casi única riqueza. Además, tenían autoridad sobre sus campesinos y podían ejercer la fuerza. Estos señores recibían diversos títulos: barón, conde, vizconde, duque, marqués o, simplemente, señor del lugar.

Los señores mantenían su posición de poder siempre que contaran con su propio ejército. En el siglo XI, estos ejércitos se conformaron principalmente con caballeros, es decir, guerreros a caballo. La tropa de los caballeros de un señor se denominaba mesnada. En general, los caballeros de la mesnada eran vasallos del señor. Con el tiempo, para reforzar el vínculo vasallático, los señores comenzaron a casar a sus hijas con los caballeros más destacados de la mesnada. De esta manera, los hacían parte de su grupo familiar. La mesnada también era un ámbito de formación militar para los caballeros. Allí desarrollaban y demostraban sus habilidades en torneos o en la práctica de la caza.

La Iglesia asignó a los caballeros un ideal, que consistía en defender la cristiandad. Además, debían actuar de acuerdo con las normas cristianas y proteger a los débiles, las mujeres, los niños y los pobres.

En las familias de la nobleza, el feudo solo era heredado por uno de los hijos, en general, el primogénito. Los otros, llamados segundones, iniciaban la carrera eclesiástica o pasaban a formar parte de la mesnada de algún señor, en espera de la conquista militar de un señorío o del casamiento con alguna heredera.

El rey, "primero entre pares"

Con la instauración del orden feudal, la autoridad del rey no desapareció, pero disminuyó considerablemente. Por eso, se decía que no era más que "el primero entre sus pares".

El rey mantuvo un título real, pero este título no significaba que tuviera más poder que los grandes señores. Por eso, el rey se veía obligado a vivir de lo que generaran sus dominios personales y no tenía posibilidades de recaudar impuestos en los señoríos de sus vasallos. Si quería ir a la guerra, debía convocar a sus vasallos y, a su vez, estos venían con sus mesnadas. Pero los caballeros que integraban esas mesnadas debían fidelidad a su señor, no al rey. Incluso, si el señor era vasallo del rey, la fidelidad del caballero no se transfería al rey, sino que se limitaba a su señor. De modo que si el rey combatía contra un vasallo, las tropas de este podían des-conocer la autoridad real.

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